Efectos tóxicos de los isocianatos

Los isocianatos orgánicos son sustancias químicas tóxicas que pueden dañar el cuerpo humano a través de dos vías principales: primero, los vapores en el aire pueden irritar el tracto respiratorio y los ojos; en segundo lugar, los isocianatos líquidos pueden dañar la piel y las membranas mucosas al entrar en contacto.

En la industria del poliuretano se utilizan varios tipos de poliisocianatos. Algunos diisocianatos líquidos, como el diisocianato de tolueno (TDI) comúnmente utilizado en la producción de espumas de poliuretano flexibles y el diisocianato de hexametileno (HDI) utilizado en la industria de recubrimientos, tienen una alta volatilidad. Su volatilización aumenta significativamente cuando se calienta. El TDI, por ejemplo, tiene una presión de vapor de aproximadamente 1,33 Pa en 20°C, que se eleva a 1330 Pa en 120°C. Por lo tanto, los efectos tóxicos de los vapores de TDI cerca de las líneas continuas de producción de espuma blanda son particularmente graves y requieren medidas de protección adecuadas.

Los gases tóxicos que emiten las materias primas de diisocianato, los semiproductos de prepolímeros y los productos de espuma blanda recién cortados pueden irritar los ojos y el sistema respiratorio. Los síntomas comunes incluyen lagrimeo, dolor en la boca y la garganta y tos intensa con sensación de opresión en el pecho en los casos más graves. En situaciones específicas, los gases de isocianato pueden provocar asma inducida por sensibilización. Cuando la concentración de diisocianato de tolueno supera los 0,05 mg/m³, puede provocar tos debido a su efecto sobre las secreciones respiratorias. El olor a diisocianato de tolueno es detectable en concentraciones superiores a 0,4 mg/m³, y las personas sensibles lo detectan entre 0,05 y 0,1 mg/m³. La exposición a corto plazo puede permitir la recuperación. Sin embargo, si los tejidos del cuerpo absorben los isocianatos orgánicos, pueden afectar los órganos internos e impedir su función. Los isocianatos también pueden dañar la función hematopoyética, reduciendo el recuento de plaquetas en parte del personal de investigación y producción de poliuretano.

Para prevenir los efectos nocivos de los vapores de isocianato, varios países han establecido concentraciones máximas permitidas de diisocianatos en el aire. A nivel internacional, la concentración permitida de TDI se fija en 0,02 x 10⁶. El Instituto Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional (NIOSH) de Estados Unidos tiene regulaciones más estrictas y establece el límite TWA (promedio ponderado en el tiempo) para la exposición en el lugar de trabajo en 5 x 10⁻⁹, lo que se traduce en un máximo de 35 μg/m2³ para TDI, 50 μg/m2³ para MDI, 35 μg/m2³ para el IDH, 45 μg/m2³ para IPDI, y 55 μg/m2³ para HDMI. En China, la concentración máxima permitida de TDI en el aire del taller es de 0,2 mg/m³, clasificando el diisocianato de tolueno como una sustancia altamente peligrosa para la salud humana.

Por lo tanto, los talleres que producen y utilizan isocianatos orgánicos deben garantizar buenas condiciones e instalaciones de ventilación y cumplir estrictamente con las operaciones de seguridad.

Los isocianatos orgánicos como el diisocianato de tolueno tienen una alta reactividad química y se combinan fácilmente con la humedad y las proteínas, adhiriéndose a la piel o las membranas mucosas. Los isocianatos orgánicos particularmente aromáticos como el TDI, cuando se inhalan, pueden reaccionar con la humedad en el tracto respiratorio y los pulmones, produciendo aminas aromáticas, que se sospecha que son cancerígenas. Por lo tanto, los trabajadores en contacto prolongado con isocianatos deberían mejorar su conciencia de autoprotección.